Tuesday, October 13, 2009

El sentido de la vida, lo juro!

Querida legión de lectores y admiradores imaginarios, me complace anunciaros que yo, Anca Elena Chirila, después de un largo período de tiempo en el cual, llena de ocupaciones y sin embargo sin ocupación y aburrida de la hostia, he tenido tiempo de pensar en todo tipo de tonterías, he descubierto nada más y nada menos que el sentido de la vida. Qué Sócrates, qué Platón, qué Nietzsche, Anca Elena Chirila! Así que, en esta entrada, voy a hacer como si fuera la primera que dice algo así, como si fuera más que consciente de que dentro de 3 milenios voy a aparecer en todos los libros de filosofía y que voy a ser el origen de diversas corrientes de pensamiento, como si vosotros fuerais mortales y yo no, como si no fuera consciente de que soy el ser humano más común que pueda existir y que permaneceré así para siempre. O sea, va a ser algo así como 'Filósofo por un día'.

Mi mente de niña en proceso de desarrollo cree que el sentido de la vida no es otro que el de evitar el aburrimiento. A lo mejor no sería así si fuéramos educados fuera de la sociedad humana (en el bosque con algunos animalitos, como Tarzán), pero dado que los lectores imaginarios de este blog han crecido en esta sociedad (porque me da la gana a mí, y porque si no probablemente no sabrían leer), les señalo a todos con el descaro camuflado que frecuentemente me caracteriza.

En primer lugar, vamos a decir que el hombre es un animal especial (jamás diré que NO es un animal), debido al hecho de que, aparte de las necesidades básicas, tiene otras adicionales de las que el resto carecen. Bueno, yo creo que existe una sola diferencia entre él y el resto de los animales: esquemáticamente dicho, en su mente existe demasiado espacio libre, de tal manera que necesita llenarlo con todo tipo de cositas a las cuales considera importantes y en cuya veracidad cree ciegamente, totalmente, al cien por cien. Así, en una sociedad 'avanzada', donde sobrevivir ya no es una preocupación sino algo normal, hay tiempo para inventar, pensar, filosofar. Por qué? Porque es necesario? No, porque de otra manera, nos aburrimos. Así que inventamos todo tipo de reglas y prejuicios en base a los cuales estructuramos nuestras vidas. Así que, tenemos tiempo y 'motivos' para ser nacionalistas, xenófobos, para 'ser mejores que otros', para crear grupos de todo tipo, para odiar y matar en su nombre. Mientras no nos aburramos, nuestra vida tiene sentido. Y, por muy crudo que suene, una vez alcanzada la certeza de supervivencia, esta es nuestra única preocupación verdadera: no aburrirnos.

Como ejemplo, la mayor parte de los filósofos, escritores, matemáticos, líderes anteriores al siglo XIX, han provenido de una familia no precisamente pobre. Todos han sido hombres cuyas necesidades básicas estaban cubiertas, a diferencia de la inmensa mayoría de la sociedad, que estaba demasiado ocupada intendando no morir; los ricos, en cambio, tenían todo el tiempo del mundo para pensar. O sea, se aburrían de cojones, así que, mira por dónde, resultaban filósofos. Así se llega a la conclusión de que la base de todos los conocimientos hoy en día populares no es otra que el aburrimiento. Ahora, en el siglo XXI, la supervivencia es algo tan evidente que hasta una adolescente mediocre como yo forma su 'propia' teoría sobre el sentido de la vida. Sinceramente, me siento liberada cuando pienso que, como ya dije anteriormente, el aburrimiento es el origen de la cultura y al mismo tiempo de nuestras preocupaciones idiotas de humanos. Este hecho le resta importancia a todas las cosas que ocurren alrededor, y, aunque en momentos felices esto no es una ayuda, en momentos tristes es un enorme apoyo. Así que, NO, en realidad a NADIE le importa quien es más inteligente y quien es más estúpido, quien tiene más poder y quien es un esclavo, quien sabe más y quien sabe menos, quien es más guapo y quien es más feo, quien es virgen y quien se ha tirado a medio continente, quien es bueno y quien es malo, quien va a la iglesia y quien no... todos estos son conceptos abstractos a los cuales nos empeñamos en aferrarnos para mentirnos a nosotros mismos creyendo que de hecho nuestras acciones tienen una mínima importancia a otro nivel que no sea el de la sociedad creada por nosotros mismos. Después de unas cuantas cuentas, se llega a la conclusión de que, de hecho, este nivel en sí, en lo que al universo se refiere, tiene una importancia NULA; no es ni lo que es un grano de arena en el enorme desierto del Sáhara.

Ves Platón? Tampoco era tan difícil. Jajaja.

Y ahora, si me perdonáis, tengo que irme: tengo un aburrimiento que evadir! Me tomará una vida.